¡Trepidante! Porque todos los jugadores intentan encajar las piezas en su plantilla simultáneamente. ¡Adictivo! Porque cuando empieces ya no podrás parar y esperarás impaciente cada nueva ronda. ¡Ingenioso! Porque las reglas de Ubongo se explican en un abrir y cerrar de ojos.
Así se nos presenta este Ubongo, un juego diseñado por Grzegorz Rejchtman, conocido por otros trabajos como Batavia o Moderne Zeiten. El juego vio la luz en 2003 bajo el nombre de Pyramidens Portar, publicado por Kärnan. Posteriormente se editó bajo el nombre de Ubongo de la mano de editoriales como Kosmos o Z-Man. De las ilustraciones se encarga Nicolas Neubauer, responsable de insuflar vida a otros títulos como Willi o Ritter ohne Furcht und Tadel, aunque prácticamente su trabajo se reduce a toda la serie Ubongo.
Ubongo es un juego sencillo pero con muchísimos componentes, que al principio pueden confundirte un poco. En primer lugar, colocaremos nueve gemas azules y ámbares en los agujeros del tablero. El tablero nos sirve, más que nada, para saber cuantas rondas llevamos.
Después repartimos un set de fichas (con 12 piezas) a cada uno de los jugadores y una plantilla. Cada plantilla tiene una gran figura en blanco y una serie de fichas dibujadas, en diferentes agrupaciones. Las plantillas tienen dos caras, una con combinaciones de 4 fichas, más complejas, y otra con combinaciones de 3. Antes de empezar a jugar elegimos con que cara jugaremos todos.
En cada ronda de juego, uno de los jugadores tira el dado. En el dado, en vez de números, hay distintas figuras. Debemos mirar cuál de ellas nos ha salido y buscar que grupo de fichas tiene esta figura como referencia. Una vez la encontremos, tendremos que buscar las fichas de la combinación en nuestro set de fichas y completar la figura blanca con ellas. Antes de empezar, pero, giramos el reloj. Tendremos que acabar antes de que se agote el tiempo.
El primer jugador en acabar, ganar el zafiro del tablero. El segundo se llevará el ámbar. El resto de las gemas, las que no están en el tablero, las guardaremos en la bolsa negra. Si logramos completar la figura, seamos los primeros o los últimos, tenemos derecho a coger una de ellas de la bolsa al azar. Cada vez que acabemos una plantilla, la descartamos y cogemos otra.
Al final de las nueve rondas que marca el tablero, la persona con la combinación de gemas más valiosa (cada una tiene un valor especificado en el manual), ganará la partida.